sábado, 5 de abril de 2008

Casarse a tiempo

Insisto en mi teoría: ni terminar los estudios, ni consolidar un puesto profesional, ni tener el futuro asegurado son razones de peso para no casarse antes de los veinticinco.
El miedo al matrimonio es rasgo del hombre light del siglo XXI que necesita que todo esté previsto en la hoja de ruta de su vida.
Y por desgracia para los que pensaban otra cosa: esa seguridad que proporciona la supuesta madurez adquirida con los años que lleva a rechazar o retrasar "el compromiso definitivo" no es una garantía ni para acertar en la elección de la persona con la que compartir el resto de la vida ni para blindar la estabilidad emocional (tabú del estilo del sexo sin riesgo). Sencillamente no exite la fidelidad sin riesgos. La vida es una aventura que no puedes controlar totalmente: si quieres ser feliz hay que vivirla peligrosamente y con inteligencia.

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